En los documentos rectores del turismo cultural, como la Carta Internacional de Turismo Cultural (ICOMOS, 1999), la implicación de la comunidad local en la actividad turística es uno de los principios fundamentales para el desarrollo de la actividad aliada al segmento, como forma de despertar un sentimiento en la comunidad local, reconocimiento y representación en relación al patrimonio, y también brindar un mayor acceso al mismo.
En este mismo sentido, los pilares de la planificación turística también destacan lo que defiende ICOMOS, destacando la importancia y necesidad de la inclusión de la comunidad en la actividad turística, ya sea en la planificación o ejecución de la misma, como patrimonio cultural, un rubro que el turismo cultural se apropia, representa memorias e identidades de la comunidad que lo alberga, por lo tanto, nadie mejor que ellos mismos para participar en el proceso de planificación y ejecución, lo cual complementa lo que el Ministerio de Turismo, en su folleto de lineamientos básicos para el turismo cultural, dice que “ Una experiencia turística verdaderamente cultural involucra a la comunidad como protagonista […], traduciendo su significado y valor a quienes la visitan ”(BRASIL, 2010, p. 60).
Estos conceptos teóricos y defensas de la inclusión comunitaria son necesarios cuando recordamos que la población en la que se inserta la propiedad representa la cultura aliada al patrimonio, a través de sus memorias, costumbres y afines.
El proceso de inclusión va mucho más allá de las consultas públicas que suelen realizar los ayuntamientos, implica la inserción de ideas, en la comunidad participando activamente en la actividad (ya sea como empleado o como voluntario), en el borrón meramente económico de actividad turística, al verla como difusora de cultura y costumbres, permitiendo así despertar un sentimiento de representatividad de la comunidad con el patrimonio utilizado por el turismo.
En algunos casos, se advierte que la actividad turística aleja a los residentes de la zona y del pozo, ya que sienten que el lugar “es para turistas”. Este sentimiento puede ser intrínseco en ítems como altos valores en el atractivo y / o infraestructura turística del lugar, falta de elementos representativos, acumulación de turistas en la región, entre otros aspectos que les hacen creer que el lugar no es para ellos, sino para el turismo.
Planificar y llevar a cabo la actividad turística no es una tarea fácil, tampoco lo es incluir a la comunidad local en ella, no existe un manual ni pautas a seguir, y requiere esfuerzo y planificación constante, pero cuando se realiza en base a estos principios y bases para el desarrollo, se convierte en algo rentable y beneficioso para el patrimonio, para la ciudad y para sus habitantes.
Referencias
ICOMOS. Carta internacional sobre o turismo cultural. México, 1999.
BRASIL. Ministério do Turismo. Turismo cultural: orientações básicas. / Ministério do Turismo, Secretaria Nacional de Políticas de Turismo, Departamento de Estruturação, Articulação e Ordenamento Turístico, Coordenação Geral de Segmentação. – 3. ed. – Brasília: Ministério do Turismo, 2010. 100 p. Disponível em: http://antigo.turismo.gov.br/sites/default/turismo/o_ministerio/publicacoes/downloads_publicacoes/Turismo_Cultural_Versxo_Final_IMPRESSxO_.pdf. Acesso em: 24 ago. 2021.
Como referenciar:
COSTA, A. A da. La importancia de la participación de la comunidad en el patrimonio cultural combinado con el turismo. Proyecto Memória Ferroviária, 2021. Disponible en: https://memoriaferroviaria.rosana.unesp.br/?p=4094&lang=es
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